En Recife y Olinda, Brasil, con el Costa Favolosa
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París, 23 de abril de 2025. Querida Ofelia, Visitamos Recife y Olinda, dos ciudades gemelas para algunos, pero con caracteres diferentes: la primera presenta altos rascacielos y un carácter más metropolitano, con un centro histórico evocador y rico en el plano cultural, Mientras que la segunda y más verde y en ella reina un ambiente más tranquilo, con imponentes edificios e iglesias coloniales típicas gracias a las cuales la ciudad ha sido inscrita en el patrimonio cultural y natural de la humanidad. Comenzamos la excursión con un recorrido panorámico por Recife desde la plaza de la República, que se alza en el extremo de la isla de Santo Antonio, donde pudimos tomar fotografías de los edificios más bellos de la ciudad. Recife es un verdadero bosque de altos inmuebles a lo largo de una extensa playa, en donde vimos a varios indigentes sucios y descalzos. Entramos a las pequeñas tiendas de la Casa de la Cultura, una antigua prisión convertida en mercado artesanal donde tuvimos la posibilidad de hacer compras durante el tiempo libre que disponíamos. Luego pasamos a visitar Olinda, la antigua capital declarada patrimonio cultural y natural de la humanidad por sus imponentes edificios e iglesias coloniales típicas. Muchas casas recuerdan a las del Viejo San Juan en Puerto Rico, otras están en lamentable estado, en las esquinas se pueden ver basureros, lo cual produce mucha insalubridad. El río contaminado es una verdadera cloaca apestosa al aire libre. A continuación nos dirigimos al mirador de Alto da Sé, desde donde disfrutamos de una espléndida vista sobre Recife y Olinda, y admiramos la iglesia de Sé, desde donde Duarte Coelho, gobernador de la capitanía de Pernambuco, había pronunciado la frase que dio su nombre a la ciudad: «Oh, linda situação para construir uma vila» (¡Qué lugar tan encantador para construir una ciudad!). Allí una viejita muy demacrada y sin dientes nos observaba, mientras podía ver a los turistas europeos cargados con sus costosas cámaras fotográficas y vestidos chic del verano. Continuamos con la visita al monasterio de São Bento, conocido por sus magníficas esculturas en madera. Regresamos a Recife y nos dirigimos a Boa Viagems, un elegante barrio residencial donde se encuentran varios hoteles, restaurantes y edificios modernos que merecen ser inmortalizados en fotos. Un gran abrazo en este Día Internacional de Libro, Félix José Hernández.
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