El retrato de Dorian Gray, obra maestra de Oscar Wilde
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París, 13 de febrero de 2025. Querida Ofelia, Anoche terminé de leer de nuevo, después de más de medio siglo, esa novela extraordinaria del gran Oscar Wilde que es El retrato de Dorian Gray. La novela fue publicada por primera vez en 1890 como una serie en la revista Lippincott's Monthly Magazine, la historia fue revisada y ampliada para su publicación como libro en 1891. Esta obra es considerada una de las mejores novelas de la literatura gótica y es un claro ejemplo de la decadencia y el esteticismo del siglo XIX. A través de la vida del protagonista, Dorian Gray, Wilde explora temas como la juventud, la belleza, el hedonismo y la moralidad. La historia comienza con el pintor Basil Hallward, que queda profundamente impresionado por la belleza del joven Dorian Gray. Basil decide pintar un retrato de Dorian, que se convierte en su obra maestra. Mientras tanto, Dorian conoce a Lord Henry Wotton, un amigo de Basil, quien le presenta una filosofía hedonista de la vida, donde la búsqueda del placer y la belleza son los únicos propósitos dignos. Dorian, influenciado por las ideas de Lord Henry, desea que su retrato envejezca en su lugar, permitiéndole conservar su juventud y belleza para siempre. Extrañamente, su deseo se cumple, y mientras Dorian sigue una vida de indulgencia y vicio, su retrato refleja los efectos de sus actos y el paso del tiempo, volviéndose cada vez más grotesco. Uno de los temas centrales de la novela es la obsesión por la juventud y la belleza. Dorian Gray es un joven apuesto cuya apariencia se convierte en su mayor preocupación. La influencia de Lord Henry refuerza esta obsesión, llevándolo a querer mantener su juventud a cualquier costo. Wilde crítica la superficialidad de una sociedad que valora más la apariencia que el carácter moral de una persona. El hedonismo, o la búsqueda del placer como el bien supremo, es otro tema clave en la novela. Lord Henry Wotton es un defensor del hedonismo y sus enseñanzas tienen un impacto profundo en Dorian. A medida que Dorian adopta esta filosofía, su vida se convierte en una serie de experiencias sensuales y placenteras, sin preocuparse por las consecuencias morales de sus acciones. El retrato de Dorian Gray también aborda la moralidad y la corrupción del alma. Aunque Dorian mantiene su apariencia juvenil y hermosa, su retrato revela la verdadera naturaleza de su alma, marcada por sus actos inmorales y corruptos. La novela sugiere que la belleza exterior puede ocultar una corrupción interna, y que las acciones inmorales, tarde o temprano, dejan su huella en la persona. Dorian Gray es el protagonista de la novela, un joven apuesto cuya vida cambia drásticamente tras conocer a Lord Henry y desear que su retrato envejezca en su lugar. Su búsqueda de placer y juventud eterna lo lleva por un camino de corrupción y autodestrucción. Lord Henry Wotton es un aristócrata cínico y hedonista que influye profundamente en Dorian. Sus teorías sobre la vida y el placer tienen un impacto devastador en el joven, llevándolo a vivir una vida de decadencia y vicio. Basil Hallward es el pintor que queda fascinado por la belleza de Dorian y crea su retrato. Es un personaje más moral y consciente de sus acciones, y ve en Dorian una especie de musa que inspira su arte. Sin embargo, su amor y admiración por Dorian terminan llevándolo a la tragedia. El retrato de Dorian Gray se ha interpretado de diversas maneras a lo largo de los años. Algunos críticos ven la novela como una advertencia sobre los peligros del hedonismo y la superficialidad, mientras que otros la interpretan como una exploración de la dualidad del alma humana y la lucha entre el bien y el mal. Wilde utiliza la historia de Dorian para criticar la hipocresía de la sociedad victoriana y su obsesión por la apariencia exterior. El retrato de Dorian Gray es una obra maestra que continúa siendo relevante hoy en día. A través de sus personajes y temas, Oscar Wilde ofrece una reflexión profunda sobre la naturaleza humana, la moralidad y la búsqueda de la belleza. La novela sigue siendo un clásico de la literatura y se estudia y disfruta en todo el mundo por su estilo elegante y sus temas atemporales. Recuerdo cuando fui al célebre cementerio de Père Lachaise de París buscando las sepulturas de: Chopin, Balzac, Modigliani, Lacroix, etc., me encontré frente a la de Oscar Wilde cubierta de pintadas con frases de amor y rodeada por ramos de flores. Sin lugar duda fue un gran escritor, víctima de la homofobia de su época que lo llevó a la cárcel, como ocurre aún hoy día en algunos países. Un gran abrazo desde estas lejanas tierras del Viejo Mundo, Félix José Hernández.
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