El Evangelio Según San Mateo, de Pier Paolo Pasolini
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París, 11 de agosto de 2025. Querida Ofelia, Recuerdo que durante la Semana Santa, me llevabas de niño al Cine Muñiz, a ver el filme “Vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo”. Al llegar a Francia, una de las primeras películas que vi, fue esta del gran Pasolini, anoche la volví a ver y te recordé. Es la visión poética y revolucionaria de un clásico del cine italiano. Pier Paolo Pasolini, figura polémica y genial del cine y la literatura europea, sorprendió al mundo en 1964 con el estreno de «El Evangelio Según San Mateo», una obra monumental que se ha ganado el reconocimiento como uno de los mejores filmes religiosos y humanistas de la historia. Esta película, rodada en blanco y negro con un estilo austero y poético, reinterpreta la figura de Jesús desde una perspectiva profundamente humana, alejada de los convencionalismos hollywoodenses y los excesos melodramáticos que caracterizaban muchas producciones bíblicas de la época. Pasolini, ateo declarado y marxista convencido, se sintió atraído por la figura de Jesús no por razones dogmáticas, sino por el mensaje subversivo y revolucionario que percibía en el Evangelio. El director confesó que, al leer el texto de Mateo, sintió una fuerza poética y transformadora capaz de inspirar una obra cinematográfica única. Lejos de pretender una adaptación literal o apologética, Pasolini concibió su filme como un homenaje al humanismo, la compasión y la rebeldía contra la injusticia. La elección de rodar en las regiones pobres del sur de Italia, utilizando escenarios naturales y personajes reales —muchos de ellos campesinos y trabajadores, en lugar de actores profesionales—, refuerza la intención de conectar el relato bíblico con la lucha de las personas marginadas. La cámara de Pasolini observa con ternura y dignidad a quienes aparecen en pantalla, evocando la justicia social y la esperanza. Uno de los aspectos más sobresalientes de «El Evangelio Según San Mateo» es su radical apuesta estética. El filme está filmado enteramente en blanco y negro, lo que le otorga una atmósfera atemporal, un aire de documento y memoria que dialoga con las imágenes de los frescos medievales y el neorrealismo italiano. Pasolini rehúye del artificio y la espectacularidad para sumergirse en un realismo poético, en el que la sencillez de los encuadres y la sobriedad de la puesta en escena permiten que la fuerza del mensaje resplandezca. La estructura narrativa sigue fielmente el texto del evangelio de Mateo, sin añadir palabras ni diálogos ajenos al original. La película avanza a través de episodios bíblicos presentados con rigor y belleza, desde el nacimiento de Jesús hasta la pasión y la resurrección. La ausencia de explicaciones y de psicologismos refuerza el misterio y la universalidad del relato. En el papel de Jesús, Pasolini eligió a Enrique Irazoqui, joven estudiante español sin experiencia previa en actuación. Su rostro serio y su mirada intensa transmiten una mezcla de compasión y determinación revolucionaria. El Jesús de Pasolini no es un ser etéreo y distante, sino un líder apasionado por la justicia, capaz de confrontar a los poderosos y de compartir el sufrimiento de quienes le rodean. La película evita los milagros espectaculares y las lecturas sobrenaturales, prefiriendo una espiritualidad ligada a la tierra y a las necesidades humanas. El mensaje que emerge es el de un llamado a la Libertad, la resistencia y el amor desinteresado. La banda sonora de «El Evangelio Según San Mateo» es otro de sus grandes logros. Pasolini mezcla piezas clásicas, religiosas y populares, desde el «Gloria» de Bach hasta cánticos africanos y coros populares italianos. Este eclecticismo musical intensifica la dimensión universal y emotiva del filme, dotando a cada escena de una resonancia espiritual y cultural. La música acompaña la historia de manera orgánica, subrayando la alegría, el dolor y la esperanza que atraviesan la vida y el mensaje de Jesús. La combinación de imágenes austeras y sonido vibrante crea una experiencia sensorial profunda, que conmueve tanto a personas creyentes como no creyentes. Desde su estreno, «El Evangelio Según San Mateo» fue aclamada por la crítica internacional y reconocida en festivales de cine. Obtuvo premios y elogios por su originalidad y por la honestidad de su propuesta. Fue seleccionada por el Vaticano como una de las mejores películas sobre la vida de Jesús y es considerada por muchas personas expertas y cinéfilas como el mejor filme bíblico jamás realizado. El legado de la película trasciende el ámbito religioso. Inspiró a cineastas, escritoras y pensadoras de todo el mundo, abriendo nuevas posibilidades para el cine humanista y social. La obra de Pasolini invita a reflexionar sobre el poder del arte para transformar la realidad, y sobre la vigencia del mensaje de justicia y amor frente a la opresión. La influencia de «El Evangelio Según San Mateo» se extiende hasta nuestros días. Cineastas como Scorsese, los hermanos Dardenne o Abel Ferrara han citado la película como fuente de inspiración. El filme contribuyó a renovar la manera de representar lo sagrado en el cine, apartándose del espectáculo y el dogma para abrazar la poesía y el compromiso ético. En el ámbito académico y filosófico, la obra ha sido objeto de numerosos estudios y análisis, destacando la manera en que Pasolini transforma el relato bíblico en una denuncia de la injusticia y en una celebración de la dignidad humana. La película es también un testimonio de la capacidad del cine para dialogar con la historia y con las luchas de las personas. «El Evangelio Según San Mateo» de Pier Paolo Pasolini es mucho más que una película sobre la vida de Jesús; es una obra de arte que desafía los límites de la representación y que nos invita a mirar el mundo con los ojos de la compasión y la rebeldía. Su relevancia permanece intacta, recordando que la justicia y la esperanza son valores universales, capaces de transformar la historia y de inspirar a nuevas generaciones. Pasolini, con su sensibilidad única y su mirada crítica, logra que el mensaje de Mateo resuene más allá de credos y fronteras, dejando una huella imborrable en el cine y en la cultura contemporánea. Te deseo de todo corazón, que Dios te bendiga, Félix José Hernández.
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