“El rojo y el negro” de Stendhal
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París,30 de julio de 2025. Querida Ofelia, Estoy procurándome un gran placer al leer en francés o italiano, las grandes novelas que había leído durante mi adolescencia y juventud en español. El rojo y el negro, escrita por Stendhal (pseudónimo de Henri Beyle) y publicada en 1830, es una de las obras más emblemáticas de la literatura francesa. Esta novela no solo destaca por su profundidad psicológica y su aguda crítica social, sino también por la habilidad de su autor para retratar las contradicciones y aspiraciones humanas en el contexto de la Francia posnapoleónica. A lo largo de sus páginas, Stendhal construye un retrato fascinante de la lucha por el ascenso social, la pasión amorosa y las tensiones entre el individuo y el mundo que le rodea. Para comprender plenamente El rojo y el negro, es esencial ubicarla en el periodo de la Restauración francesa, tras la caída de Napoleón Bonaparte. Francia vive una época de profundas transformaciones políticas y sociales. La aristocracia busca recuperar sus privilegios, la Iglesia ejerce un poder renovado y la burguesía empieza a consolidarse económica y socialmente. Es en este escenario que Stendhal sitúa a sus personajes, quienes encarnan diferentes aspiraciones y contradicciones de la sociedad de la época. En el ámbito literario, la novela se inscribe dentro del realismo y el romanticismo. Stendhal combina la observación minuciosa de la realidad social con la exploración de los sentimientos y deseos individuales, logrando así una obra de gran riqueza y complejidad. La historia sigue la vida de Julien Sorel, un joven de origen humilde, hijo de un carpintero de Verrières, un pequeño pueblo de la provincia francesa. Dotado de una inteligencia extraordinaria y una gran ambición, Julien sueña con ascender en la escala social, inspirado por la figura de Napoleón y por los relatos de gloria militar y éxito personal. Para Julien, existen dos caminos hacia la conquista del poder y el reconocimiento: la carrera militar (el rojo del título, símbolo del uniforme militar y la pasión) y la carrera eclesiástica (el negro, símbolo de la sotana y la ambición calculada). Debido a los cambios políticos de la época, elige el camino religioso como vía para alcanzar su objetivo. En la primera parte, Julien entra al servicio de Monsieur de Rênal, el alcalde de Verrières, como preceptor de sus hijos. Allí inicia una relación apasionada y complicada con Madame de Rênal, la esposa del alcalde. El romance, marcado por el deseo, la culpa y la manipulación social, acaba por desatar un escándalo que obliga a Julien a abandonar Verrières. En la segunda parte, Julien se traslada a Besançon, donde ingresa en un seminario, y posteriormente consigue un puesto en París como secretario del marqués de la Mole, un aristócrata influyente. En la capital, Julien se enamora de Mathilde de la Mole, hija de su patrón, una joven fascinada por el misterio y la rebeldía de Julien. La relación entre ambos desafía las convenciones sociales y culmina en un clímax trágico, marcado por la violencia, el honor y el sacrificio. Los personajes principales Julien Sorel, protagonista de la novela, es un joven tan brillante como ambicioso, marcado por sus deseos de ascenso social, su admiración por Napoleón y su lucha interna entre la pasión y el cálculo. Madame de Rênal, esposa del alcalde de Verrières, representa el ideal romántico y la inocencia atrapada por las convenciones sociales. Su relación con Julien es tan intensa como condenada. Mathilde de la Mole, joven aristócrata parisina, inteligente y caprichosa, simboliza la rebeldía frente a los valores tradicionales y se convierte en el segundo gran amor de Julien. Monsieur de Rênal, alcalde de Verrières, figura de autoridad y guardian de la moral burguesa. El marqués de la Mole, noble influyente de París, encarna el poder aristocrático y las contradicciones de la élite del siglo XIX. Julien Sorel es impulsado por su deseo de superar su origen humilde y acceder a los círculos del poder. La novela explora las estrategias, sacrificios y dilemas éticos que implica esa búsqueda. Las relaciones de Julien con Madame de Rênal y Mathilde de la Mole son intensas y complejas, mostrando cómo el amor puede ser un motor de acción, pero también una fuente de sufrimiento y tragedia. Stendhal denuncia la falsedad, el oportunismo y la rigidez de una sociedad obsesionada por el estatus, la apariencia y el qué dirán. Julien lucha por afirmar su identidad en un mundo que lo rechaza y lo margina, enfrentándose a las normas y expectativas que lo rodean. La novela está atravesada por una sensación de inevitable caída, donde las aspiraciones de los personajes parecen condenadas por las circunstancias y las fuerzas sociales. El título de la novela es uno de los más enigmáticos y discutidos de la literatura universal. El “rojo” suele interpretarse como el color de la pasión, el amor y la sangre, pero también del uniforme militar, símbolo de la gloria y la ambición napoleónica. El “negro”, en cambio, alude a la sotana eclesiástica, la abnegación, el poder de la Iglesia y la oscuridad de la renuncia. Stendhal juega con estos dos polos para mostrar las tensiones entre el deseo y el deber, la acción y la contemplación, el idealismo y el pragmatismo. El rojo y el negro destaca por su estilo ágil, su ironía mordaz y su profundidad psicológica. Stendhal se adelanta a su tiempo al construir personajes complejos, llenos de matices y contradicciones, que exploran los rincones más oscuros de la ambición y la pasión humanas. La novela es también un análisis social de la Francia de la Restauración, donde la movilidad social y la hipocresía conviven con las aspiraciones del individuo moderno. Stendhal emplea una narración en tercera persona, pero frecuentemente se introduce en la mente de sus personajes, revelando sus pensamientos, dudas y deseos más íntimos. Este recurso permite al lector comprender la complejidad de Julien Sorel y los motivos que lo impulsan a actuar. Aunque en su momento la novela no alcanzó una popularidad masiva, con el tiempo se ha convertido en un clásico de la literatura universal y una lectura fundamental para comprender la psicología de la ambición y las transformaciones sociales del siglo XIX. Críticos y lectores destacan la vigencia de sus temas y la modernidad de su estilo narrativo. El rojo y el negro ha influido en escritores posteriores como Fiódor Dostoyevski, Marcel Proust, Albert Camus y Simone de Beauvoir, quienes encontraron en la obra de Stendhal una fuente de inspiración para explorar la condición humana, el conflicto social y la rebeldía del individuo. El rojo y el negro es mucho más que la historia de un joven ambicioso en la Francia posnapoleónica. Es una radiografía de una sociedad en transición, un análisis profundo de la psicología humana y una meditación sobre los límites de la pasión, el poder y el destino. Cada página revela la maestría de Stendhal para combinar la observación social con la introspección, erigiendo una novela que sigue despertando preguntas y emociones en las personas lectoras de todas las épocas. Un gran abrazo desde el Viejo Mundo, viejo, pero con mucho encanto, Félix José Hernández
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