Crónica de Cartas a Ofelia

Las Parrandas de Camajuaní, Cuba Una tradición festiva de raíces profundas
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	Carroza de Los Chivos durante las parrandas de Camajuaní.
París, 21 de enero de 2025. Querida Ofelia, Las Parrandas de Camajuaní son una de las manifestaciones culturales más tradicionales y vibrantes de Cuba. Celebradas anualmente en el municipio de Camajuaní, en la provincia de Villa Clara, estas festividades reúnen a la comunidad en una expresión de alegría, creatividad y competencia sana. Las Parrandas tienen sus raíces en el siglo XIX, cuando fueron introducidas por colonos españoles y evolucionaron hasta convertirse en un rasgo distintivo de la cultura camajuanense. Originalmente, estas festividades se celebraban durante la Navidad, como una forma de los vecinos de diferentes barrios de competir en la creación de carrozas, decoraciones y fuegos artificiales. En Camajuaní, la competencia se da entre dos grupos de vecinos : Los Sapos y Los Chivos. Cada año, los habitantes de estos barrios trabajan incansablemente para superar a sus rivales en la creación de carrozas espectaculares, luces y otras decoraciones. La rivalidad entre estos dos barrios es amistosa, pero feroz, y se ha transmitido de generación en generación. La preparación para Las Parrandas comienza meses antes del evento principal. La comunidad se reúne para diseñar y construir las carrozas, que son verdaderas obras de arte que representan temas históricos, mitológicos o contemporáneos. Además, se preparan trajes elaborados. La participación de la comunidad es fundamental para el éxito de Las Parrandas. Vecinos de todas las edades se involucran en el proceso de creación, aportando sus habilidades y creatividad. Este sentido de colaboración fortalece los lazos comunitarios y promueve un sentimiento de orgullo y pertenencia. El clímax de las festividades llega con la noche de Las Parrandas, cuando las carrozas y decoraciones se presentan al público. La ciudad se ilumina con miles de luces y una atmósfera de expectación y emoción llena el aire. Las carrozas desfilan por las calles, acompañadas de música en vivo, danzas y fuegos artificiales. Uno de los elementos más espectaculares de Las Parrandas es el despliegue de fuegos artificiales y luces. Cada barrio se esmera en crear un espectáculo pirotécnico que deje al público maravillado. Las calles se llenan de colores brillantes y sonidos ensordecedores, creando una experiencia inolvidable para todos los asistentes. Las Parrandas de Camajuaní no solo son una celebración de la creatividad y la competencia, sino que también tienen un profundo impacto cultural y social. Estas festividades ayudan a preservar las tradiciones y la identidad cultural de la región, al mismo tiempo que fomentan la unidad y la cooperación entre los vecinos. A lo largo de los años, la comunidad de Camajuaní ha trabajado arduamente para asegurarse de que Las Parrandas continúen siendo una parte vital de su patrimonio cultural. Se han establecido comités organizadores y se han implementado iniciativas educativas para involucrar a las nuevas generaciones en la perpetuación de esta tradición. En mi barrio de La Loma, gran parte de los vecinos eran Chivos, pero mi madre y yo éramos Sapos, por lo tanto cada cual aseguraba siempre que su carroza había ganado. Esperábamos cada año cuando se lanzaba El Palenque (potente fuego artificial) desde la esquina del parque que daba a la calle Leoncio Vidal, para iniciar la gran fiesta. Las Parrandas de Camajuaní representan una de las expresiones culturales más emblemáticas de Cuba. Esta celebración no solo refleja la habilidad artística y la creatividad de los habitantes, sino que también fortalece los lazos comunitarios y preserva las tradiciones que definen la identidad cultural de la región. A través de los años, Las Parrandas han evolucionado, pero su esencia permanece intacta, haciendo de Camajuaní un lugar de alegría, color y festiva rivalidad. Un gran abrazo desde estas lejanas tierras allende los mares, Félix José Hernández.
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